lunes, 11 de junio de 2012

Un rescate futbolero

El fútbol no tiene la culpa. 

Entiendo la indignación de la gente, pues yo mismo estoy indignado (ya hace mucho tiempo, no sólo por esto) después de ver como el Gobierno de nuestro país pretende hacernos creer, como si fuésemos estúpidos, que España no atraviesa una situación catastrófica en cuanto a lo económico y que eso, le pese a quien le pase, va a derivar, habiendo dejado el timón de nuestro país en manos de esta basura de políticos, en una crisis social y cultural que es muy probable nos lleve a retroceder unas cuantas décadas sin adentrarnos en ningún libro de Historia (del plan Bolonia).

Pero repito, el fútbol no tiene la culpa.

He oído cosas muy extrañas estos días. Cosas como: "deberíamos dejar de ver la Eurocopa todos a la vez, que le jodan al fútbol, sólo han esperado a que empiece el torneo para lanzarnos la noticia de un rescate como si nada sucediese". Estoy de acuerdo en que la actitud del Gobierno de nuestra nación, a instancia de la todo poderosa Unión Europea, es vergonzosa y deplorable y que dice mucho de la imagen que desde las altas instancias tienen de los ciudadanos, a los que no dejan de ver como unos borregos manipulables que no se enteran absolutamente de nada. Hacer coincidir la fecha del anuncio del rescate con la jornada previa al debut de La Roja en la Eurocopa 2012 (rescate que el día anterior había sido negado), no ha hecho más que producir el efecto contrario al esperado por nuestro inteligentísimos políticos: la gente se ha cabreado aún más, si cabe.

Pero la culpa no es del fútbol. El fútbol, en este caso, es tan sólo una herramienta más, como lo son los medios de comunicación (dígaselo a los mineros asturianos, desaparecidos de la faz mediática estos días) y el miedo que nos inducen a través de ellos con el respectivo efecto atomizador. Vicente del Bosque no ha pedido ningún  rescate, el pobre hombre estaba muy ocupado pensando un once titular sin un nueve de referencia (ya te vale Vicente, colegui). El rescate, la crisis, el recorte social y las penurias económicas que pasan algunas familias españolas (siempre demasiadas) son el resultado de la horrible gestión llevada a cabo por la clase política con menos clase de la breve historia de la democracia de este país, aquella que se gesta a la sombra del euro, el mismo euro que se ha follado sin lubricante, sin invitarle a una copa, a la soberanía de nuestro país hasta el punto de vaciar de sentido el art. 1.2 de nuestra magnífica Constitución, iniciando el efecto dominó en que nos vemos inmersos, acojonados al no saber cual será la última ficha, el momento en que todo pete de una vez por todas.

La situación es muy cruda amigos míos, pero la culpa no la tiene el manta de Torres, ni el fútbol, ni el pan, ni el circo, la culpa la tienen los ineptos gobernantes a los que no hemos sabido hacer entender lo que significa que "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado". Al final, que nos enfademos con el fútbol y que el objeto de nuestra ira sea la Euro 2012 termina por producir el efecto que "ellos" deseaban: que las conversaciones se centren en si deberíamos ver o no la dichosa eurocopa y no en si deberíamos dar un vuelco a esta situación y salir a las calles a reivindicar la soberanía y un gobierno que mire por los ciudadanos, su salud y su educación por encima de todo. Al final, consiguen que no pensemos en el fondo del asunto. Yo me lo voy tomando con humor y me imagino a Rajoy susurrando esta canción al oído de la Merkell:


"Que pagues el rescate que abajo de te indico. Yo tampoco me explico por qué no acudí antes a ti" 

1 comentario:

  1. Comento por Alusiones jeje. EL problema no es el fútbol, claro que el circo no tiene la culpa. El problema viene cuando a la gente lo único que le preocupa es eso. Todos tenemos conocidos que lo están pasando mal con la crisis, ha aumentado vertiginosamente el número de familias sin ningún ingreso y, por tanto, en alto riesgo de exclusión social. Pero los que aún llegamos a fin de mes, nos quedamos impasibles esperando que el problema pase de largo sin tocarnos. Individualizamos el problema y no logramos ver que es colectivo, que es sistémico.

    Es bueno que haya un entretenimiento que nos haga evadirnos 90 minutos de los problemas, pero después de esa distracción deberíamos de hacer un esfuerzo colectivo y exigir que nos gobiernen mirando por el bien del pueblo y no nos sometan a los mercados.

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